El C5 es producido en la fábrica que tiene Schuberth en Italia, exactamente la misma en la cual llevan a cabo la fabricación de los cascos para los pilotos de F1.
Los técnicos encargados de estos tienen que pasar por meses de formación hasta adquirir las habilidades necesarias para incorporarse a este equipo de producción tan selecto, compuesto por tan solo 5 técnicos.
El en proceso de fabricación del C5 Carbon, Schuberth sigue la filosofía de un “hombre, un casco”, la cual se basa en que el técnico que inicia el proceso de laminación es el mismo que lo termina, asegurando así una atención sin igual a los detalles.
Este proceso se inicia con la superposición de numerosas capas de carbono por parte de los operarios, todo ello a mano; tras el laminado las carcasas se cuecen a una temperatura de 126 grados centígrados y a una presión de 700 bares durante unas tres o cuatro horas.
Una vez cocidas, las calotas son cortadas con agua a presión, para, posteriormente, ser revisadas una a una manualmente, con el fin de comprobar que no existe porosidad ni ningún tipo de imperfección en el material.
Una vez la calota pasa la inspección, llega el momento del barnizado, proceso que, como no podía ser de otra forma, se realiza a mano y en un ambiente totalmente esterilizado.
El paso final de la producción es el ensamblaje, donde se acoplan al casco los interiores, la visera y las piezas abatibles.
Como podemos comprobar, se trata de un proceso de fabricación muy minucioso y artesanal, en el que se acerca la tecnología de la F1 al ámbito particular.